- Oye ¿Por qué saliste? - me pregunto una voz.
Era la voz de John quién estaba detrás de mí.
- Solo quería tomar un poco de aire - suspire.
En eso, saco un
cigarro; lo prendió y comenzó a fumar. El humo me llegaba a la cara y yo lo
aspiraba lo cual me molesta <<No me gusta fumar>>
- Oye ¿Podrías fumar lejos de mí?
- ¿Te molesta que fume? - me miro a los ojos, sus ojos me matan son tan bellos, cálidos... ¡Reacciona (TN)!
- Claro, pues aspiro tu humo.
- ¿Cuántos años tienes? - me pregunto John.
- 15.
15 ¡Y no fumas! - dijo sorprendido.
- Lo considero dañino para la salud, tal vez fume uno o dos por año pero nada más.
- ¿En serio? - río.
- Por supuesto que si, por culpa de eso - señale su cigarro. - Murió Georg...
- ¿Quién?
- Nadie en especial. - Hay (TN) ay vas de bocona. Pero como advertirle sobre la muerte de su amigo causada por el maldito cigarro.
- Esta bien (TN) no fumare, no junto a ti - John dejo caer el cigarro al suelo y luego lo aplasto para que se apagara.
Al menos me hizo
caso, le dirigí una sonrisa para demostrarle que estaba agradecida.
- ¿Sabes? - me dijo. - Tienes una hermosa sonrisa.
- Gracias John, tú igual - sonreí.
John me propuso
caminar por el jardín y acepte (Claro que quería estar con él). En el
transcurso íbamos platicando sobre la fiesta de ayer y formulaba preguntas que
yo complaciente contestaba. Con John me sentía liberada y podía decir mis
verdaderos puntos de vista sin analizarlos a fondo.
- Y vas al reclusorio... Digo escuela... - John río al pronunciar esto.
- Si, pero estoy de vacaciones.
Bueno en realidad no creo asistir más, ya que en realidad jamás he estado en una escuela de Liverpool.
- Yo jamás he sido devoto de “La santa
escuela”, solo asistía para
distraerme y hacer locuras – río. – Verás, hacia algo y me castigaban, daba un
punto de vista diferente y me levantaban un reporte o un acta, mi expulsión
definitiva fue cuando un amigo y yo nos sentamos en unas estatuas con figuras
de mujeres desnudas en clase de arte jaja, el director se puso furioso.
- Entonces fuiste un chico malo - comente.
- Entiendes rápido - se rasco la cabeza.
- Que tonto eres - reí.
- Tú te vez más tonta asiendo un papel de niña educada.
- ¿Enserio lo piensas? - lo mire a esos bellos ojos.
- No lo sé... Puede que lo seas.
- Ah pues no del todo, como tú yo también odio la
escuela; ir a sentarse horas y horas a escuchar a un maestro que cree tener la
razón en todo lo que hace y cuando te castiga no deja de alegar y luego te
habla en un léxico que no comprendes, y los directores que solo te cuestionan
por tu forma de ser creyéndose superiores solo por un título y los prefectos
que solo hostigan aggg. A parte no concuerdo con “el plan colegial” – arrugue
la nariz.
- Exacto y que decir de las materias... Las matemáticas por ejemplo - se quejo.
- Claro, el triángulo elevado al cuadrado - dije imitando la voz de mi antiguo profesor. - ¡No te sirve de nada!
- Jaja no estudio para ser matemático - dijo John sonriente.
- Mi sueño siempre ha sido asistir a una escuela de arte, esas si me gustan - jugaba con las puntas de mi cabello.
- No concuerdo en eso - estornudo.
- ¿No te gustan? - wow hay muchas cosas de John que no he conocido a profundidad.
- Asistí a una, el “Liverpool College
of Art”, pero no me convenció. Es igual que cualquier escuela pública, te dicen
como debes hacer las cosas desde como agarrar un pincel hasta como pintar;
decidí renunciar a todo ello para crear algo al estilo John ¡Mi arte! La única
cosa en la que nadie se puede entrometer – sonrío.
- Odio cuando alguien te manda.
Siempre diciendo lo que debes de hacer, haz eso, haz aquello, haz, haz, haz… -
frote mis manos.
- No necesitamos que alguien nos trate
de dirigir la vida, solo seguir nuestros sueños y ser felices – dijo en tono
orgulloso.
La actitud
liberal de John me gustaba y atraía
demasiado, era genial poder platicar con el ídolo de mi infancia.
- Cuando los profesores y la tía Mimi
se enteraron de mis deseos de ser rockero siempre me decían que no sacaría nada
de provecho, solo gastaba mi tiempo en cosas sin sentido – dijo John pensativo.
- Obvio que estaban equivocados,
créeme John tú serás un gran cantante e ídolo de muchos chicos.
Me miro complacido
al escuchar mis palabras, su mirada es tan bella: sus ojos claros (me cuesta
trabajo describirlos ya que no tenían un color especifico), sus cejas y sus
delgados labios rosados que evocaban una sonrisa; se puso firme y luego
pronuncio:
- Cuando yo tenía 5 años, mi madre
siempre me decía que la felicidad era la clave para la vida. Cuando fui al
colegio y me preguntaron que quería ser, yo respondía, feliz, a lo que ellos me
decían ¿Creo que no entendiste la pregunta?
Y yo les decía que no comprendían
la…
- Vida - apresure a decir. <<Esa frase me encantaba, era tan inspiradora que ya me la sabía de memoria>>
- ¿Cómo lo sabes? - pregunto extrañado.
- Solo lo sé - respondí con cierto nerviosismo.
En ese instante
John saco su armónica y comenzó a tocar la melodía de Love Me Do; bailaba y
saltaba como loco causándome mucha risa. Cuando hubo terminado me acerque a él
y le dije:
- ¡Enséñame a tocar la armónica!
- Claro, pero con una condición - abrió los ojos.
- ¿Cuál?
- Que no superarás a tu maestro - río.
- Mmm está bien - reí.
Volvimos a su casa; Laura platicaba muy amigable con George, Paul y Ringo. Una vez incorporados todos, empezamos a jugar cartas, a hablar de cosas sin sentido y a reír.
En lo que los chicos estaban en la cocina Laura se me acerco y me pregunto:
- ¿De qué tanto hablaron John y tú?
- De cosas - reí.
- Enserio.
- Jaja, pues de la escuela al la cuál no asistiremos eh.
- No hay problema - río.
- Oh Laurie...
- ¿Qué? - pregunto.
- ¡John es todo un loquillo! - pronuncie.
*** Transcurrieron varios días ***
Ya habían pasado
unos días desde que Laura y yo llegamos a Liverpool, la estancia ahí era
maravillosa y llena de entusiasmo.
Aprendimos a pasear por las calles de la ciudad y memorizamos algunas
avenidas, de vez en cuando salíamos con Pattie y las amigas de Laura. Pero de
todo ello lo que más nos gustaba era ir a la “Casa Beatle” y pasar un rato muy
agradable con John, Paul, George y Ringo; cuando íbamos junto con ellos nos
poníamos a charlar de cosas sin sentido, reír sin parar y tocar: John, George y
Laura en la guitarra, Paul en el bajo, Ringo con su batería y yo en el piano.
** Flashback **
- Así se toca chicos - decía Ringo muy animado con sus baquetas en la mano.
- Más potencia, más potencia - río John.
- Jaja John te emocionas – le dijo
Paul.
- - ¿Quieren potencia? – les pregunte.
- - Demuestra… - dijo George.
- - Yo no, Laura se va a encargar –
sonreí. Mire a Laura y le dije: - Laurie demuéstrales.
- Okay – Laura acomodo bien sus manos
en la guitarra eléctrica y comenzó a tocar “Welcome to the jungle”. Al
escucharla tocar, los chicos se quedaron boquiabiertos, no habían visto tanto
potencial en una mujer <<Eso impresiono a George>>
- Como les quedo el ojo - dijo Laura una vez terminado de tocar.
- Tocas genial - dijo Paul impresionado.
- Gracias - contesto Laura.
- Si sigues así, creo que sacaré a George de la banda por ti - dijo John.
- Oye... - George le dio un ligero golpe.
- John no digas tonterías - le dije.
- Es una bromita - río. - Jamás sacaría a George, Paul o Ringo del grupo, ellos forman parte de esta familia.
- Ay, nosotros también te queremos John - dijo Ringo. - Bueno ¿Qué esperamos para continuar?
** Fin del Flashback**
Era un fin de
semana y ese día Laura y yo fuimos a la “Casa Beatle” como era de costumbre.
Los cuatro nos recibieron muy felices y eso nos dio gusto.
- ¿Y ahora? - dije contenta al ver la sonrisa de Paul.
- Bueno es que hoy tendremos una presentación - dijo Paul con una cara que irradiaba energía.
- Que bueno Paul - lo abrace.
- Gracias niña mimada - despeino mis cabellos.
- Vete calmando cara de bebé - reí. Paul ha cumplido su trato y ahora no deja de llamarme "Niña mimada" para molestarme.
- ¿Y dónde va a ser? - pregunto Laura.
- En el salón "Hulme Hall de Pont Sunlight, Birkenhead” - contestó John con un asento sofisticado. - ¿A las señoritas Jones les parecería ir con nosotros?
Laura y yo
asentimos.
Esa noche fuimos con ellos al “Hulme Hall de Pont Sunlight, Birkenhead” y los vimos tocar muy emocionados. Tocaron algunos covers como Thill There Was You, Kansas City, Long Tall Sally, Twist And
Shout, entre otras.
Al terminar de
tocar los chicos se incorporaron a la fiesta y convivieron con nosotras el
resto del tiempo.
- ¿Cómo nos quedo? - pregunto Ringo.
- No me gusto - dije seria.
- Ah ¿No? - me dijo Paul con una mirada triste.
- ¡Me encanto! Son geniales chicos, los mejores que he visto - vaya Paul cae muy rápido en las bromas.
- Que graciosa me saliste (TN) - dijo John.
- Estuvieron fenomenales, y Paul tus gritos son tan... ¡Wow! - dijo Laura emocionada.
- Ya dilo Lau, los gritos de Paul son horribles - bromeo George.
- Ya quier verte gritar así eh George - dijo Paul.
- Este... ¿Sabes qué? Continua gritando así, haces un buen trabajo - río George.
- Vayamos a la pista de baile - propuso Ringo, me tomo de la mano y yo más que gustosa acepte.
Los chicos nos
llevaron a la pista y bailamos al ritmo de Elvis y Little Richard, tanto ellos
como nosotras nos encantaban sus canciones tan movidas y locas.
De todos los
hombres que se encontraban en la pista Ringo era el que más se lucia con sus
pasos únicos, saltando y moviéndose de un lado a otro; sin duda muchas chicas
debieron envidiarnos al tener a Ringo de pareja.
La fiesta termino
temprano y regresamos a casa muy complacidos, está vez ellos fueron a nuestra
casa y tomaron asiento en los muebles.
- Uff que día - suspiro John.
- Sin duda muy bueno - añadió George.
- Siento que cada día gustamos más al público - comento Paul.
- Eso no lo dudes - dijo Laura.
- Pero que mejor disfrutar de estos éxitos al lado de unas buenas amigas - dijo Ringo contento.
- En efecto Ringo, pero creo que somos nosotras las que les agradecemos nos permitan compartir estos éxitos - le mande una sonrisa.
- Ustedes son sensacionales chicos - dijo Laura contenta.
- Al igual que ustedes - río George.
- Sin duda seremos los mejores amigos - agrego Paul.
- No Paul, no seremos, ¡Lo somos! - exclamo John.
Laura fue a la cocina y después regreso con unas copas y vino para brindar por nuestra amistad. Sin duda los collares nos ayudaron en mucho con eso de su leyenda realizada.
Brindamos felices y por último Ringo se puso de pie, tomo la palabra y con un rostro lleno de júbilo exclamó:
- ¡Me alegro de que seamos muy buenos amigos!
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Antes que nada espero que les haya gustado el capítulo, ya se pone bueno y muchas cosas pasarán. Gracias por leer; y no olviden compartir y recomendar esta historia (:
¡Saludos!
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