Abrí los ojos.
Mi cabeza me dolía y sentía el cuerpo envarado, al levantarme de la
cama, note que estaba vestida con la ropa de anoche. De seguro habíamos llegado
tarde que ni de ropa nos cambiamos. Laura dormía junto a mí, pero siento algo
diferente ¿Qué demonios paso ayer? Comencé a observar detalladamente mi cuarto,
al parecer todo marchaba normal.
-
¡Dios que dolor! – exclame
acomodándome el cabello. Decidí salir del cuarto para ir a la cocina por un
vaso de leche, abrí la puerta y fui a buscarlo.
¡Por las barbas de
mi abuelo! ¡Qué pasó! - dije al ver que
mi casa no era la misma pues esta era más amplia, ventilada y fría. Los muebles
eran diferentes al igual que el comedor, los baños, los cuartos… Era hermosa
además tenía un enorme ático que puede considerarse como el tercer piso.
Se me hizo extraño
estar en un lugar así y que mi cuarto fuera el mismo, recorría todos los
pasillos gritando: ¡Mamá!, ¡Papá!, ¿Dónde están?; con mucha desesperación. ¿En
serio, nos es una buena broma eh? Continué diciendo, pero era vano. De seguro
tío Maxwell les ayudo a organizar la broma, pero esto no se va a quedar así. Es
la peor jugarreta que me han hecho. Los voy a buscar a casa de él y les exigiré
una explicación razonable.
Rápidamente volví a
la habitación, me hice una cebolla en el cabello, tome un suéter blanco casi
transparente (el primero que ayeé). Fui corriendo a la puerta, junto a ella
había una mesita en donde estaban unas llaves (de seguro las de la puerta). Las
tome y abrí la pesada cerradura, me quede impactada al fijar mi mirada en el
paisaje ¡No podía creerlo! Era un barrio enorme rodeado de casas iguales,
jardines verdes y extensos, vehículos que pasaban por las calles bien
pavimentadas. Nunca había estado en este lugar, pensé, ¿Cómo habrá hecho mis
padres para traernos hasta acá?
¡Mis padres!,
cierto. Cerré la puerta y corrí esperando encontrarlos cerca escondidos en
algún lugar.
En lo que avanzaba
también miraba el paisaje que tenía en frente, lo que más llamo mi atención
eran los jardines repletos de flores y el cielo nublado, las casas eran tan
parecidas y grises lo cual les daba un aspecto triste.
Había recorrido una
cuadra, estaba a punto de llegar a una esquina; cuando de la nada tropecé con
alguien que también llevaba prisa.
Caí al suelo de
sentón y pude visualizar un cuerpo masculino y bien abrigado, solo vi su
cabello café, no le tome importancia al rostro por la prisa.
Se levanto y me
tendió la mano muy amablemente.
-
Perdóneme usted señorita – me dijo
mientras me levantaba y limpiaba cuidadosamente con su saco.
-
¡Fíjese!, ¡Acaso está ciego! –
conteste de mala manera y sin pedir disculpas me aleje corriendo.
Siguiendo el camino
llegue en donde había un puesto de periódicos; rápidamente tome uno que se
llamaba “The Time”, lo leí y para mi suerte me sorprendí al ver la fecha y
lugar que tenía << Liverpool, sábado 1 de Julio 1962>>.
¿Liverpool?,
¡Estamos en Liverpool!, pero, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Debe ser una broma?, ¿No?...
Agarre el periódico
y salí corriendo (otra vez) rumbo a la casa en donde desperté. Llegue, saque
las llaves y abrí (me temblaban mucho las manos a causa del frío) me dirigí al
cuarto y encontré a Laura estirándose, se acaba de levantar.
-
¡Laura – dije alterada.
-
¿Qué paso? – dijo bostezando.
-
No me vayas a tomar por loca, pero,
¡No estamos en casa!
Soltó una
carcajada.
-
No seas tonta por Dios como no vamos
a estar en casa si estamos en nuestra habitación, hazme el favor.
En efecto estábamos
en nuestro cuarto, eso era lo que me confundía; el cuarto era lo único intacto,
de ahí en fuera todo era diferente demasiado extraño.
-
Pues no lo sé – me apresure a decir.
– Pero en verdad Laura, no estamos en casa.
-
¿Dónde están papá y mamá? – dijo
cambiándome la conversación.
-
No están. ¡Han desaparecido!, me
levante a buscarlos y nada. Creo que ellos fueron los que nos hicieron esto…
-
Que loca estas eh -. Laura se paro,
abrió la puerta del cuarto y quedo petrificada al ver que el resto de la casa
no estaba.
-
¡Dios! – exclamo. - ¡Papá!, ¡mamá!,
¿Dónde se han metido?
-
Te dije, pero ha no la loca soy yo…
- arrugue la nariz.
-
Estoy comenzando a creerte. – me
contesto mientras recorría la casa. – Y “según tu” ¿Dónde estamos?
Cogí su brazo y la
lleve a la puerta, abrí y exclame: ¡En Liverpool! Al ver esto Laura exclamo:
-
¡No puede ser!, ¿debe ser un sueño?
– dijo confusa.
Esto era real pero
no dejábamos de preguntarnos ¿Cómo rayos habíamos llegado aquí?, explique a
Laura el día, la fecha y el lugar a donde llegamos.
En ese momento
escuche sonar la canción “Love me do”, era mi celular. Lo cogí y conteste
esperando que fuese una señal.
-
Bueno, ¿papá?, ¿mamá?
-
Pon la video llamada.
Sin pensarlo lo
hice y me sorprendí al ver el rostro de aquella persona ¡Era tío Maxwell!
-
¡Tío! – exclamo Laura al verlo. –
Gracias al cielo es usted.
-
Por fin puedo contactarlas – dijo
con un tono firme. – Las he estado buscando.
-
Tío ¿Dónde están mis padres?, ha
pasado algo terrible… no sabemos que paso… - dije desesperada.
-
(TN) me dijo que estamos en
Liverpool, en 1962. Si es una broma ya no la hagan y vengan por nosotras – dijo
Laura en tono chiqueón.
-
Liverpool 1962 ¡Cuánto han viajado!
– dijo el tío sorprendido.
-
¡Qué! – exclamamos. -¿Cómo que
viajado?
-
¡Si!. Recuerden que ayer niñas
desobedientes se metieron a la máquina para viajar ¿En que estaban pensando?,
yo les dije que no debían pues no era seguro – dijo con voz regañona.
-
¿Podemos volver a casa? – pregunte.
-
No. La máquina se ha averiado y no
puedo repararla – dijo cubriéndose la cara.
-
¡Imposible! – dijo Laura.
-
¿Y papá y mamá? – pregunte.
-
Se han ido, me asombre mucho cuando
me dijeron que no sabían nada de su existencia, que no tenían hijos – dijo tío
Maxwell.
-
¿Cómo? – me sorprendí. – ¿Será
posible?
-
Si yo no sé cómo – respondió el tío.
-
¡Claro!, el deseo – comento Laura
sorprendida. –La estrella fugaz, vida propia, viajar, Beatles… Ahora lo
entiendo.
-
¿Lo crees?, ¿se cumplió? – dije.
-
Pues por lo que Laura ha dicho creo
que si, supongo que han de tener vida propia… un momento ¿en que casa están? –
dio tío Maxwell alzando las cejas. Le mostré la casa. - ¡Jesús! – exclamo. -
¡Se donde están!
-
¿Dónde? – preguntamos.
-
En casa de Andrew Jones – respondió.
– De seguro la máquina las llevo ahí.
-
Aja, y supongo que el cuarto es
porque deseamos tener nuestras cosas – dijo Laura.
-
Por el momento quédense ahí, en un
baúl junto a la sala está el dinero con ello podrán sobrevivir. Yo intentare
reparar la máquina, no importa cuánto me tarde las sacare chicas. Lo prometo –
dijo con una voz ahogada.
-
Está bien – dije.
-
Se me olvidaba, prométanme que no se
meterán en algún lío – dijo el tío Maxwell con voz firme.
-
Lo prometemos – aceptamos.
-
Está bien, bueno cuídense mucho, las
quiero, voy a trabajar – dijo y así finalizo la llamada.
Laura y yo fuimos a
la sala y vimos el baúl, lo abrimos y encontramos un montón de dinero guardado.
-
Con esto sobreviviremos – apunto
Laura.
-
Muy bien – dije seria.
Entonces recordé
algo. Liverpool – Beatles. Oh está era mi gran oportunidad para conocerlos y no
la perdería, algo me decía que lo lograría.
Tome mi collar y o bese esperando cumplir mi deseo.
-
Espero tener buenos resultados de
esto – dijo Laura soltando un suspiro.
-
Ya verás que si Laurie – dije
animada.
-
Quiero conocer muchos lugares, gente
y sobre todo a ya sabes quienes – dijo animada.
-
¡Yo igual! – grite emocionada.
-
Por el momento tenemos una nueva
vida aquí como las Jones – dijo Laura mirando la ventana.
-
Si lo sé – conteste.
En efecto ahora
teníamos que volver a empezar y a adaptarnos a esto. Tal vez no sería tan
difícil la verdad no me importaba, pero yo solo tenía una afición: conocer a
“The Beatles”, de ahí en fuera lo demás me daba igual.
Asi que dando un
suspiro exclame:
-
Pues que así sea, demos paso a
nuestra nueva vida. Laura y (TN) Llorente han quedado en el pasado para
convertirse en Laura y (TN) Jones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario